Vuelta al embalse de Santillana

05-04-2015

Justo al pie del Parque Nacional de la sierra de Guadarrama, encontramos uno de los mejores entornos para salir a dar pedales. Los pueblos que están en pleno pie de sierra y los caminos que los unen, son lugares agradables por los que salir a pedalear y conocer un poco más nuestro entorno, y es en esta zona donde encontramos el embalse de Santillana. Con sus más de cien años de funcionamiento (la primera presa construida aquí data de 1907), y su entorno no demasiado abrupto, se presenta como una excelente opción para realizar una sencilla ruta por la naturaleza y la historia de esta zona.

Cómo llegar al punto de inicio

Índice IBP: 17-MTB

Comenzamos ruta en el puente medieval del Batán, situado cerca de Colmenar Viejo, y al que accedemos fácilmente desde la carretera M-607, que lleva a Cerceda. Aquí tenemos un pequeño aparcamiento donde dejar el coche. Recientemente se ha terminado la restauración del puente, levantando los muros laterales y despejando el acceso al mismo, ya que antiguamente sólo quedaba en pie el arco y la plataforma. 

Nada más cruzar por él, encontramos la única sección técnica de esta ruta facilona, que se trata de una corta subida llena de pedruscos que nos eleva hasta la pista que pasa justo por al lado.

Tras superar este pequeño escollo, tomamos la pista a la derecha y en la primera bifurcación, situada en una pequeña subida, derecha de nuevo. 

Recorremos una pista sencilla, acompañando el cauce del río Manzanares, hasta llegar a un vado por el que cruzamos por una plataforma de hormigón. En este punto hay que extremar la precaución los días que se desembalsa agua desde la presa, situada a algo menos de un kilómetro de donde estamos, ya que el río puede llevar mucho más caudal y rebasar considerablemente la plataforma del vado. En estos casos es recomendable no cruzar.

Giramos a la izquierda para continuar, aguas arriba, por un pequeño camino que cruza un arroyo y continua ascendiendo hasta bordear las instalaciones de tratamiento de aguas que hay muy próximas a la presa. Aquí nos unimos a un pequeño carreterín que va desde estas instalaciones a la carretera M-609 (Colmenar - Soto), donde conectamos con el afamado carril bici de Soto del Real. 

Si andamos finos de oído, es un buen punto para escuchar y avistar escribanos trigueros, un ave muy común en estos paisajes, que canta por todas partes y es fácil de ver ya que suele situarse en lo alto de zarzas, muretes, postes de teléfono...

Por el carril bici se acelera un poco el ritmo, el trazado es bueno y con poca pendiente. Sólo hay que ir muy atento a los ciclistas con los que nos cruzamos para evitar colisiones, ya que no siempre prestan la debida atención o trazan algunas curvas aprovechando todo el ancho de la vía. 

Llegamos a la carretera M-608, donde abandonamos la seguridad del carril y circulamos un tramo por el arcén. Nosotros hicimos una pequeña variante para alternar un tramo de pista entre carreteras, pero la opción rápida es seguir por el arcén hasta la primera rotonda que encontramos. No obstante el tramo de vía pecuaria que tomamos es muy agradable y además conseguimos avistar unos cuantos rabilargos que iban y venían por esta zona.

Pasada la rotonda en cuestión, nos salimos de la carretera para recorrer un sendero que va entre esta y la tapia que delimita la zona de seguridad del embalse, y que nos lleva hasta Manzanares El Real. 

Este sendero es muy divertido, con un par de pasos por pequeños arroyos. Sólo encontramos un punto que se encontraba un poco cenagoso por las últimas lluvias y que optamos por hacerlo a pie por el lateral. Una vez llegamos a Manzanares, recorremos nuevamente un tramo de asfalto por algunas de sus calles, pasando al pie del castillo de los Mendoza, del siglo XV.


Inicialmente, esta construcción fue una fortaleza militar, que en los siguientes siglos pasó a un uso residencial para la nobleza, y se ha conservado casi intacto hasta nuestros días. También pasamos junto a la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, que data del siglo XIV, construida bajo la protección del primer Marqués de Santillana. Ha ido sufriendo modificaciones con el paso de los siglos, según el cambio de estilo arquitectónico, dejando en ella signos de las distintas épocas.

Ya sólo nos queda el camino de vuelta. Salimos de Manzanares por su lado Oeste y cruzamos, por una rotonda, la carretera M-608 por última vez, camino del cementerio. No, no es porque ya vayamos muertos jajajaja...pasamos por la puerta del mismo, y seguido, encontraremos un puente que cruza la cola del embalse donde desemboca el río Samburiel, donde tuvimos la suerte de avistar una pareja de somormujos lavancos, no muy lejos, haciendo vida en el agua.


A partir de este puente, retomamos la pista de tierra realizando un ascenso que nos aleja un poco del pantano, y nos hace tomar altura al tiempo que rodeamos la llamada Cabeza Illescas, que es el único monte que vemos siempre justo al lado de las aguas del embalse.


El ascenso es patente, pero sólo dura un par de kilómetros, a partir de aquí, tendremos una relajante bajada por la vía pecuaria, que nos devolverá al puente del Batán. Sólo falta prestar atención al girar a la izquierda en el único cruce de pistas que encontraremos, de lo contrario acabaremos en Moralzarzal.