martes, 28 de abril de 2015

Pequeña ruta por los alrededores de La Ginesta Rural

26-04-2015

En nuestro viaje este abril a tierras catalanas, nos dio tiempo a conocer alguno de los pueblos cercanos al que iba a ser el punto de inicio del VI Encuentro de tándem. El día que llegamos nos dio tiempo a visitar Sitges, recorrer su paseo marítimo y callejear por el casco antiguo admirando su encanto. 

Para alojarnos, tuvimos la suerte de encontrar un alojamiento en Canyelles llamado La Ginesta Rural, situado en las faldas de un núcleo montañoso muy cercano al parque del Foix, un sitio maravilloso para explorar en bicicleta.




Índice IBP: 17-MTB

La ruta la improvisamos sobre la marcha, aprovechando que nos quedó la tarde libre después del encuentro de tándem. Descansamos, e incluso dormimos un poco la siesta, y aprovechamos a salir a conocer los alrededores de la casa rural. La ruta es muy sencilla. Bajamos a Canyelles por el camino por el que se accede a la casa rural. Cuando llegamos al núcleo urbano, descubrimos que junto al camino, hay un pequeño paseo-parque muy cortito que recorre una orilla de un lecho de arroyo, que estaba seco, pero que debe de llevar algo de agua los días de lluvia.

Desde aquí subimos por una calle peatonal, cerrada al tráfico por unos bolardos, que nos llevó hasta la urbanización de Les Palmeres. 

La atravesamos ascendiendo de continuo, la urbanización está en plena ladera, buscando el punto más alto. Llegado este momento, el asfalto se acabó para dar paso a una pista forestal, lugar donde encontramos un poste con distintas señalizaciones informando acerca de los pueblos cercanos y lugares de interés con las distancias hasta ellos.
Nuestra intención inicial era recorrer más distancia, pero con el gran ascenso y viendo que no andábamos muy sobrados de tiempo, decidimos acortar el paseo. 

Recorrimos la pista que circula por los altos de la urbanización y, tras un vertiginoso descenso por una de las calles más empinadas que he visto nunca, volvimos a conectar con otro camino que nos devolvía directamente a nuestra guarida. Aquella cuesta puso a prueba los frenos recién estrenados del tándem, y nos demostró que nunca se puede salir a dar un paseo sin ir preparado para alguna emoción fuerte...



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