martes, 8 de abril de 2014

Lagunas en Atalayuela de Algete

4-04-2014

Llevábamos bastante tiempo queriendo hacer esta ruta de "exploración", desde las proximidades de Madrid ciudad hasta unas pequeñas lagunas situadas detrás de la urbanización Santo Domingo, en un lugar marcado en algunos mapas como Atalayuela de Algete. Comenzando la marcha en la periferia de la ciudad, podemos hacernos una idea de la geografía más próxima y nos hace más partícipes de que más allá del núcleo urbano, hay un entorno natural no tan lejano como mucha gente cree. En esta ruta podremos apreciar ese bello entorno natural próximo a las ciudades, y desgraciadamente, lo nefasta que puede llegar a ser la mano del hombre actuando sobre él.


Índice IBP: 59-MTB

Como decíamos, desde que tuvimos conocimiento de la existencia de esas lagunas por medio de un compañero de afición (gracias Nacho por tus indicaciones), empezamos a sentir curiosidad, no sólo por verlas, sino por ver cómo llegar, como se suele decir, "desde la puerta de casa". Elegimos una zona periférica de la ciudad para comenzar, Valdebebas, muy cercana al barrio de Hortaleza, un claro ejemplo de entorno natural destruido, para instalar un fabuloso barrio fantasma, lleno de parcelas completamente vacías y viales desiertos y sin ningún tipo de servicio, más allá del alumbrado nocturno. 

Este barrio construido para crear miles de viviendas (que nunca hicieron falta), está instalado en unos antiguos campos de cultivo de cereal y olivares, con pequeños rincones naturales como el pinar llamado Los Cenagales (que al parecer, y por suerte, se ha salvado, al ser absorbido por el parque forestal), algunas reliquias históricas, como un fortín de la Guerra Civil, y algunas instalaciones, como una pista de aeromodelismo y un par de circuitos de motocross. Hoy, en los terrenos arrasados fruto de la especulación urbanística (que al final ha demostrado no beneficiar a nadie), tratan de asentarse algunos animales y aves silvestres, antiguos moradores de estos campos expropiados para convertir los terrenos en baldíos vallados.

Atravesamos el barrio fantasma por carril bici, una infraestructura útil hasta la fecha, hasta alcanzar el Arroyo de Valdebebas, último reducto natural de la zona. Tendremos que atravesar otra reja para acceder a los caminos, y al fin tomamos uno para bordear La Moraleja, topándonos encontrándonos con varias autopistas (R-2 y M-12), otro claro ejemplo de obras construidas en vano, como podemos apreciar por su escaso tráfico a cualquier hora de cualquier día.

Tras las zancadillas de ingeniería que el ser humano pone al entorno natural, que nos obligan a tener que coger algún inevitable tramo de asfalto, por fin conseguimos alejarnos un poco de la densidad urbana, circulando por los campos aledaños a San Sebastián de los Reyes, dando la vuelta a las nuevas pistas del aeropuerto de Barajas. Tras esto, cruzamos la M-45 por debajo y ponemos rumbo Norte, por los antiguos campos de cereales que rodean parte del cauce del Jarama por su margen derecho. Aunque en esta zona respiramos un ambiente más campestre, este lugar tampoco nos muestra su mejor cara.

Tras unos 18 kilómetros recorridos, nos cruzamos con la carretera M-100 en una rotonda. Aquí debemos tener mucho cuidado, ya que podemos tener el "placer" de disfrutar de la "amabilidad" y el "respeto" del ser humano cuando circula en coche y ve a sus semejantes montando en bicicleta. Continuamos por una pista que nos lleva hasta la vía de servicio de la N-I, donde circulamos inevitablemente unos cientos de metros resguardados en su generoso arcén, hasta alcanzar la vía pecuaria que rodea la urbanización de Santo Domingo. Tras un salto sobre el río Guadalix por un pequeño puente y rodear unos campos de cultivo, alcanzamos nuestro esperado objetivo: ¡¡las lagunas!!

Un bonito entorno natural, un pequeño humedal de ribera que consta de cuatro lagunas situadas en un meandro del río Jarama, lugar ideal para diversas aves acuáticas como ánades, garcillas, pollas de agua, fochas... un pequeño paraíso con unas escuetas instalaciones para poder disfrutar de este entorno tan didáctico. El lugar dispone de un pequeño monte con un mirador, para tener una panorámica del lugar, situado justo al lado de la Laguna Soto, la más grande. Nada más ascender, vemos barandillas derribadas y los carteles adhesivos medio arrancados y pintados.

Blog Go Tandem - Lagunas Atalayuela de Algete
Cartel explicativo de las lagunas
Cuando recorremos los caminos que rodean las lagunas, pensados para el disfrute y la observación, tampoco nos llevamos muy buena impresión. Huellas de todo terreno atravesando los canales, puentes descuidados y algo de basura tirada por el campo. Incluso la caseta de observación, perfectamente situada de manera estratégica, ha sufrido visitas indeseables: pintadas por todos lados, basura y todas las trampillas de observación arrancadas. Al menos uno de los bancos aún aguanta... El entorno es una maravilla masacrada por domingueros irrespetuosos, pero maravilla al fin y al cabo.

Blog Go Tandem - Lagunas Atalayuela de Algete
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Al fondo está la caseta de observación
Tras dar una vuelta por los caminos para ver los alrededores, volvemos por nuestras huellas hasta la N-I. El camino de vuelta lo realizaremos por las urbanizaciones de Club de Campo y Fuente del Fresno, en un intento de aproximarnos al Soto de Viñuelas. Aprovechando parte del camino que bordea el Soto, ponemos dirección a San Sebastián de los Reyes, llegando casi hasta la Dehesa Boyal. Por aquí, haremos una parada para visitar a nuestros compañeros de la tienda Kbike de Sanse, y un poco más adelante, otro alto para comer un buen bocadillo en el almacén de embutidos Flamago, en la calle Isla Alegranza.

Para terminar nuestra ruta, realizamos un recorrido por algunos de los parques de Sanse poniendo dirección de nuevo hacia La Moraleja. Como tramo final, bordeamos las urbanizaciones por un parque perimetral, que más adelante se convierte en camino, circulando entre las casas y la autovía M-12. A partir de este punto, recorremos los mismos caminos de vuelta, aprovechando a hacer una última bajada emocionante por una cuesta de uno de los antiguos circuitos de motocross, que sigue en su ubicación original.


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