lunes, 27 de agosto de 2012

Vuelta a La Peñota y Peña El Águila

17-6-2012

En el año 1930, bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera, se empezó a construir una carretera que uniría Madrid con Valsaín, por el antiguo paso de la Fuenfría. En la Segunda República las obras se detuvieron bajo la presión de grupos ecologistas. Lo que sería una carretera de paso por la sierra, quedó en una pista forestal sin asfaltar de suave pendiente, que hoy en día aprovechan los aficionados al senderismo y a la bicicleta para disfrutar de una ruta sencilla con unas vistas privilegiadas.


Esta es una ruta para los ávidos de kilómetros a los que les gusta combinar la pista sencilla con algunos tramos "picantes" para hacer el recorrido más interesante. En esta ocasión disfrutamos de una de las pistas de montaña más conocidas en la Comunidad de Madrid, la Carretera de la República. Para acceder a ella primero tenemos que hacer un ascenso desde el pueblo de Cercedilla, a través del Camino de los Campamentos, de inicio duro, ya que los primeros 800 metros tenemos tres pequeñas rampas importantes con pendientes cercanas al 27%. Superada la fase de "calentamiento", la pista se suaviza, dejándonos disfrutar de una agradable ruta entre pinos en la que de vez en cuando tendremos que aplicar pequeños esfuerzos para vencer las pendientes que va salvando la pista. Ésta nos lleva directos al hospital de la Fuenfría, el cual rodearemos para buscar un divertido sendero cercano a la carretera de Las Dehesas, que finalmente va a parar a un recodo de ésta. Subimos cuesta arriba, con mucha precaución (ya que el tráfico en este punto es de bajada), para encontrarnos, después de una breve subida de asfalto, con una barrera que marca el inicio de La Carretera de la República o carretera Puricelli (nombre que se le dio por la empresa que proyectó y comenzó a ejecutar la obra).

Los siguienes 9 kilómetros que nos separan del puerto de la Fuenfría son un disfrute constante, pista suave en la que se van abriendo claros entre la vegetación para dejarnos ver el valle cada vez desde más altura. A mitad de subida, en un recodo cerrado que describe la pista a izquierdas, encontramos dos miradores, el Vicente Aleixandre, situado un poco más bajo y separado de la pista, y el Luis Rosales, al pie del camino. Desde los dos podemos contemplar la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama en una panorámica espectacular. 

Go Tandem - Mirador Vicente Aleixandre
Vista desde el Mirador de Vicente Aleixandre





Continuando el camino, unos 500 m. más adelante encontramos en un claro el reloj de sol dedicado a Camilo José Cela. 

Go Tandem - Reloj Sol Camilo José Cela
Reloj de Sol
 Se trata de un reloj analemático cuyo funcionamiento invita a formar parte de él. Si se desea ver que hora es sólo hay que colocarse de pie en la plancha central de piedra, en el mes en curso y mirar que hora indica la sombra proyectada con el cuerpo sobre el suelo. Hay que tener en cuenta que en España el horario de invierno es una hora, y en verano dos horas después que la solar.

Continuamos el ascenso al pie del pico Majalasna, a nuestra derecha, cada vez más suavemente. Dicha cumbre es el extremo occidental de la ruta de Siete Picos. A falta de un kilómetro para la Fuenfría, encontramos la Fuente de Antón Ruiz, en el punto donde nuestra ruta se cruza con el Camino Schmidt en su descenso a Cercedilla, momento ideal para refrescarse y descansar a la sombra. 

Go Tandem - Fuente Antón Ruiz
Fuente de Antón Ruiz
En mitad de este último kilómetro encontramos el Mirador de La Reina (o de la Calva, como también se le conoce), con la mejor vista panorámica del valle de Las Dehesas. 

Go Tandem - Mirador de la Reina
Mirador de La Reina
Alcanzamos la Fuenfría, cruce de caminos (Calzada Romana, Ctra. de la República, Senda de los Cospes, etc.) y nos dejamos llevar por la pista que vamos siguiendo, que cambia de nombre a Vereda del Infante, en un ligero giro a la izquierda que nos guía hacia la vertiente contraria del valle, alcanzando el punto más alto de nuestra ruta y de allí, a través de un claro en la vegetación, hasta el Collado de Marichiva, donde comienza el tramo alegre del día.

Cruzando por una tapia que marca el límite entre las provincias de Madrid y Segovia, y adentrándonos de nuevo en la sombra de los pinos, nos dejamos caer por aproximadamente un kilómetro de camino, que nos lleva ladera abajo, hasta dar a parar a una pista asfaltada que rodea el valle del río Moros (en el momento que pasamos nosotros este sendero estaba recién levantado con máquina). Este lugar escondido a la sombra de la cuerda de Mujer Muerta, de la Peñota y el Montón de Trigo alberga en su interior un par de embalses, una antigua cantera hoy en desuso y conserva una rica vegetación. Al llegar a la pista tomaremos la izquierda para realizar un rápido descenso a lo largo de la ladera de este valle, hasta llegar a un cruce en el que tendremos que pasar una cancela situada a la izquierda. Al otro lado tomaremos una pista de tierra llamada Camino del Agua que nos llevará directos a la carretera de subida al Alto del León. Debemos tener precaución pues llegado este punto hay que afrontar el último kilómetro y medio de subida por el arcén.

Coronado el puerto iniciamos la bajada por la vertiente madrileña prestando atención a nuestra izquierda. A un kilómetro de iniciar el descenso, tras una pronunciada curva a derechas, aparece la entrada a una vía en el arcén contrario. Cruzamos con mucha precaución y encaramos los compases finales de esta ruta con un recorrido por el Camino de los Lomitos y el Camino de la Solana,  carentes totalmente de sombra donde cobijarse ya que sólo los rodean matorrales. Este sendero nos devuelve al punto de inicio de nuestra ruta. En mitad de este tramo de bajada encontraremos una fuente donde nos daremos el merecido trago de agua antes de encarar las últimas curvas de bajada.

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