02-05-2014
Repetimos una de nuestras primeras rutas, esta vez con la intención de realizarla íntegramente en terreno de montaña. Para ello, escogimos un track que alarga en algo más de 10 kilómetros la longitud del anteriormente realizado. Este recorrido nos llevará dando la vuelta al embalse, pasando por los pueblos que están situados por los alrededores, por los que realizaremos dos bucles nuevos con unos divertidos y trepidantes trazados.
Queremos dedicar esta entrada a nuestra amiga Pilar, que empezó la ruta con nosotros, pero no pudo terminarla debido a un percance, por lo que tuvimos que repetirla otro día sin poder compartir con ella la experiencia.
Queremos dedicar esta entrada a nuestra amiga Pilar, que empezó la ruta con nosotros, pero no pudo terminarla debido a un percance, por lo que tuvimos que repetirla otro día sin poder compartir con ella la experiencia.
Índice IBP: 54-MTB
Como hicimos la anterior vez, iniciamos la marcha desde la población de Galapagar, aparcando en la calle de la Pedriza, que nos deja prácticamente a pie de pista.
Arrancamos dirección a la Cañada Real Segoviana y, en esta ocasión, la cruzamos para poner dirección a Navalquejigo, donde recorreremos un pequeño trazado por las calles, y retomaremos camino entre las casas y las vías de tren, por un camino bastante amplio que bordea la zona poblada. En kilómetro y medio el camino comienza a girar a la izquierda, y se convierte de golpe en un precioso y divertido single track de esos que no te dejan un minuto para pensar.
Subidas, toboganes, giros "de reto", piedras, raíces y algún paso por agua... este tramo es divertidísimo, sobre todo para realizar en tándem, y pone a prueba toda la habilidad y pericia disponible en el equipo. ¡¡PERO CUIDADO!! al bordear las urbanizaciones, este sendero es frecuentado por personas, con niños y animales de compañía, así que la diversión tiene que tener un punto de responsabilidad, debemos ir muy atentos de no tener un accidente y de no asustar a la gente a nuestro paso con pasadas demasiado rápidas, y siempre saludando y dando las gracias cuando nos cedan el paso (cosa que siempre hacen).
Arrancamos dirección a la Cañada Real Segoviana y, en esta ocasión, la cruzamos para poner dirección a Navalquejigo, donde recorreremos un pequeño trazado por las calles, y retomaremos camino entre las casas y las vías de tren, por un camino bastante amplio que bordea la zona poblada. En kilómetro y medio el camino comienza a girar a la izquierda, y se convierte de golpe en un precioso y divertido single track de esos que no te dejan un minuto para pensar.
Subidas, toboganes, giros "de reto", piedras, raíces y algún paso por agua... este tramo es divertidísimo, sobre todo para realizar en tándem, y pone a prueba toda la habilidad y pericia disponible en el equipo. ¡¡PERO CUIDADO!! al bordear las urbanizaciones, este sendero es frecuentado por personas, con niños y animales de compañía, así que la diversión tiene que tener un punto de responsabilidad, debemos ir muy atentos de no tener un accidente y de no asustar a la gente a nuestro paso con pasadas demasiado rápidas, y siempre saludando y dando las gracias cuando nos cedan el paso (cosa que siempre hacen).
El trazado de este sendero nos llevará, bordeando el Embalse de los Arroyos, hasta la presa, reincorporándonos al trazado original de nuestra anterior vez. Bordeamos el pantano por un agradable senderito, compartido con senderistas y pescadores, casi al pie del agua. A la altura de la M-505, que pasamos por debajo, cambiamos de camino para pasar a la pista que nos llevará a la parte más complicada de esta ruta.
En el kilómetro 15 nos damos de bruces con la orilla del embalse (cuidado con no amerizar, pues la pista acaba en bajada).
En este punto giraremos por un sendero a la derecha, bordeando la orilla. En un principio el sendero aparece claro si elegimos una época más seca, teniendo espacio de sobra entre el agua y las tapias de las fincas que van rodeando (si anda un poco alto el embalse, quizá algún paso estrecho por las rocas colindantes, sin mucha dificultad). Pero ojo a las épocas lluviosas y de deshielo, sobre todo primavera, porque el embalse puede estar a plena capacidad manteniendo los senderos de esta parte anegados, obligándonos a pegarnos a la tapias y cercas de las fincas, donde el terreno es casi impracticable.
Hasta aquí, vamos bien... |
La cosa empieza a complicarse un poco... |
...aquí un poco más... |
...seguimos, ¿río o puente a distinto nivel?... |
...y aquí también... |
Da igual, hay que pasar entre las ortigas igualmente... |
Tras la bonita (pero dura) caminata, retomamos camino ciclable y pasamos por las urbanizaciones de La Pizarrera y El Paraíso, como la otra vez, haciendo una parada a la entrada de Pino Alto para tomar un bocado y empezar el segundo bucle desconocido para nosotros.
Se agradece ver el pantano así de lleno |
Después de tanto "penar", por fin un sendero así |
Pasada la urbanización, salimos por una pista que va directa al valle del Aulencia, y tras unos cientos de metros, giramos a la derecha para realizar un rápido descenso por los altos de montes que flanquean el río por su margen derecho. El camino esta más o menos en buen estado, con suave pendiente negativa que nos hace bajar bastante rápido. Las vistas son verdaderamente sobrecogedoras, aunque la velocidad no nos deje mucho tiempo para poder apreciar el paisaje (es por ello que hicimos un alto en mitad de la bajada, junto a una chumberas, para poder echar una foto fugaz).
Después de este emocionante tramo, llegamos al punto más bajo de la ruta, cruzando el río Aulencia por un vado sumido en una zona de espesa vegetación. Como todo lo que se baja se ha de subir de nuevo, es el momento de comenzar con "la subida" de esta ruta. Esta se extiende sobre los 8 km. siguientes, con los 3 km. iniciales un poco más duros y el resto mucho más suaves, alcanzada ya la zona alta del margen izquierdo del Aulencia. El final de esta subida acaba en Colmenarejo, pueblo que atravesaremos para retomar la pista que nos lleva de vuelta a Galapagar.
Esta ruta tiene su momento de mayor belleza justo en estas fechas primaverales, con todas las jaras y plantas silvestres en plena explosión floral y con abundante agua por todos los sitios a nuestro paso. Pero recordamos, el pantano en estas fechas suele estar alto, es importante tener esto en cuenta ya que la única parte complicada del trazado se puede hacer muy pesada, por lo que recomendamos comprobar el estado del embalse al planificar la ruta (aquí os dejamos un enlace para poder verlo). Lo más normal es que con un 85% estén todos los viales despejados de agua y se pueda realizar sin problemas. Aun así, es una ruta muy agradable y gratificante donde hay mucho para descubrir.
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