2-09-2012
En el mes de junio recibimos la noticia de la organización de este evento, que reúne cada vez más aficionados de toda la geografía española. A finales de julio confirmamos nuestra participación y con toda la ilusión pusimos manos a la obra en tenerlo todo preparado para la partida, capeando todas las tempestades que se nos presentaron (incluida una posibilidad de anulación del viaje de última hora en esa misma semana)...
Índice IBP: 31-RDB, fiabilidad-C
...y por fin llegó el momento tan esperado.
No habíamos estado nunca en esta zona de Cataluña, y no sabíamos si en un hotel u hostal íbamos a poder dar cobijo al tándem (en la habitación posiblemente no) o encontrar uno que tuviera parking más o menos resguardado (para dejar el tándem en el coche). Aún quedaba verano, así que decidimos alojarnos en un camping en Cubelles, de esta forma no tendríamos problema para tener el coche y el tándem a mano, y como está en la costa (a unos 20 Km. de L'Arboç), hasta podríamos darnos un baño en la playa.
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Playa de Cubelles |
A pesar del susto inicial (justo poco antes de salir, se estropeó el coche donde llevamos normalmente el tándem y tuvimos que llevarlo en otro más pequeño, un Renault Clio para ser exactos) conseguimos compactar tándem, maletas, tienda de campaña y demás útiles de viaje en el maletero, eso sí, plegando los asientos traseros y todo lo plegable del coche.
Durante el viaje nos dimos cuenta de que aunque hacía sol y estaba despejado, hacía mucho aire y pensamos que igual allí no haría tanto, y que tampoco haría tanto fresco como en Madrid (fue esa semana que bajaron tanto las temperaturas de pronto), pero nos equivocamos... aunque mirándolo por el lado bueno, así no pasaríamos calor en la ruta, ya que tenía pinta de discurrir a pleno sol...
Despues de un largo viaje de unas 8 horas (nos lo tomamos con mucha calma, que son vacaciones) llegamos al camping, montamos el tenderete y a dormir, ya que nos teníamos que pegar un buen madrugón para llegar con tiempo de sobra, porque: no sabíamos cuánto tiempo se tardaba en llegar a L'Arboç, si nos íbamos a perder por el camino, si iba a ser fácil aparcar allí, y sobre todo porque teníamos que montar el tándem, ya que para guardarlo en el coche, además de las ruedas, tuvimos que desmontar los sillines, la horquilla y hasta soltar el cambio de la puntera.
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La Giralda de L'Arboç |
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Casa en L'Arboç |
Por suerte todo fue a pedir de boca (salvo el madrugón). Encontramos el pueblo bien, aparcamos a la primera, tuvimos tiempo de montar todo correctamente (menudo espectáculo) y de llegar con tiempo a recoger el dorsal y colocarnos para salir. La organización desde el primer momento fue ejemplar, nos dieron información sobre la ruta y recordaron los detalles del recorrido y las advertencias de seguridad antes de dar la salida.
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Antes de la salida |
A partir de ahí el resto fue disfrutar sin parar. Ruta de 44 Km. con bellos paisajes, buena compañía con la que charlamos y nos reímos un montón, ver distintos modelos de tándem (nunca se pueden ver tantos diferentes y además juntos, desde las viejas joyas hasta los más modernos) y montar fuera de nuestro entorno habitual. En todo momento nos acompañaron varias motos y bicicletas que se encargaban de las indicaciones en cruces confusos, de las reagrupaciones y de cortar momentáneamente las carreteras cuando cruzábamos en grupo.
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Campos de viñedos |
La visita a las Bodegas Torres fue muy agradable, nos dio un pequeño descanso en la ruta y nos obsequiaron con un rico y surtido aperitivo (que casi nos sentó como una comida), acompañado con una cata de algunas de sus variedades de vinos, incluyendo la visita al museo de la familia Torres y una presentación audiovisual de su historia y productos.
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Bodegas Torres |
La vuelta fue agridulce, porque con cada kilómetro que hacíamos, queríamos ir al siguiente para ver los preciosos rincones de esta tierra, pero sabíamos que se acercaba más al final.
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De ruta |
Pasamos por la ermita de San Esteve para hacer la foto de grupo y después pasamos por el valle del río Foix, donde disfrutamos de una impresionante vista del castillo de Castellet en lo alto de la pared de piedra donde está construido el pueblo.
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Foto de grupo |
Al llegar de nuevo a L'Arboç, el Ayuntamiento y los vecinos nos recibieron con comida y bebidas frescas para recuperar energías, mientras que teníamos otro agradable rato de charla. A todos los organizadores y colaboradores no podemos más que estaros eternamente agradecidos por hacer que el evento fuese tan genial. ¡¡Gracias a todos!!
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Tras la llegada |
El resto del viaje fue bueno también, descanso y baño en la playa de Cunit esa misma tarde y, a la mañana siguiente, antes de volver a Madrid, aprovechamos para darnos una vuelta relajada con el tándem por los paseos marítimos de Cunit y Cubelles.
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Foto conmemorativa |
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